Tras la frontera de Galicia: Descubre Portugal a través de 10 pueblos mágicos

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Paisajes impresionantes, monumentos históricos o villas Patrimonio de la Humanidad; el país vecino tiene mucho por explorar. Trazamos un recorrido por los pueblos más bonitos de Portugal; algunos, a menos de 2 horas de Vigo

Portugal está repleto de rincones imprescindibles que visitar. El país luso se ha convertido en una opción ideal para escapadas vacacionales o de fin de semana. En tiempos de pandemia, Portugal es un destino cercano, seguro y con mucho por explorar. Consulta qué medidas sanitarias están vigentes antes de organizar tu viaje, pues algunas zonas han decretado toque de queda u otras restricciones. De norte a sur, estos son algunos de los pueblos que no te puedes perder.

  1. Braganza

Portugal tiene muchos castillos a lo largo de su geografía. Foto: Shutterstock

Esta villa de origen medieval es el enclave perfecto para los amantes de la historia. La ciudadela amurallada de Braganza data del año 1130 y fue creada por Afonso Enriques, el primer rey de Portugal. El punto principal de las visitas es el Castillo de Braganza, erigido por el hijo del mencionado rey en 1187. La Catedral antigua, en la Praça da Sé, también es una parada obligatoria.

Dónde comer: Restaurante Bela Época o en Solar Bragancano.

  1. Chaves

El puente romano de Trajano, símbolo de la villa. Foto: Shutterstock

También con un amplio pasado histórico, Chaves ha acogido en sus calles a pueblos bárbaros, visigodos y musulmanes. En el 1160 se adhirió al reino de Portugal. Es conocida por ser una villa termal, aunque su atractivo turístico es mayor; son de visita obligada el puente romano de Trajano, el fuerte de Sao Francisco y el Castelo de Chaves.

Dónde comer: Restaurante Carvalho o Leitões Comes.

  1. Guimarães

Guimarães es un pueblo lleno de historia. Foto: Shutterstock

Esta villa está a 120 kilómetros de Vigo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Los historiadores coinciden en señalar Guimarães como la cuna de Portugal, pues se dice que el primer rey Afonso Enriques nació aquí y, además, fue capital del reino desde el siglo XII (luego lo sería Coímbra). Por todo ello, el casco histórico de la ciudad está repleto de impresionantes monumentos. Y, como las anteriores localidades, tiene un castillo espectacular reconocido como una de las siete maravillas del país luso.

Dónde comer: Casa Amarela o Republica do Polvo (cerrado hasta el 26 de julio).

  1. Amarante

Vista desde el río Tamega de la zona histórica de Amante. Foto: Shutterstock

La panorámica desde el puente de São Gonçalo con el monasterio y la iglesia homónimas ya hace que merezca la pena visitar esta villa, no tan conocida como otras del norte de Portugal. Amarante alberga iglesias sorprendentes (iglesia de São Domingos o la de São Pedro) e incluso uno de los museos más importantes de Portugal, el museo Amadeo de Souza-Cardosa (la entrada cuesta solo 1 euro).

Dónde comer: Largo do Paco o Restaurante Pena.

  1. Aveiro

Las llamativas casas de Costa Nova, junto a las góndolas, son los iconos de Aveiro. Foto: Shutterstock

Es conocido como “la Venecia portuguesa” por los tres canales que vertebran la ciudad, donde se puede ver las típicas góndolas navegando. Lo mejor de Aveiro es perderse por sus calles para admirar su arquitectura art-decó. Además de visitar su catedral, un plan ideal es ir hasta la zona Costa Nova. Sus originales casas de colores te harán sentir dentro de una película.

Dónde comer: Salpoente u O Bairro.

  1. Lousã

El entorno natural de Lousa. Foto: Shutterstock

Este pueblo se diferencia de los demás de esta lista por su exuberante paisaje silvestre. En Lousã no encontrarás una ciudad de aires europeos, sino un enclave especial en la Sierra del mismo nombre, conformado por varias aldeas. Talasnal es un punto emblemático, además del Castillo de Lousã.

Dónde comer: Ti Lena u O Burgo.

  1. Nazaré

Nazaré es la ciudad del surf y de la pesca por excelencia. Foto: Shutterstock

Nazaré es famoso por sus olas gigantes que congregan a miles de surfistas todos los años, pero hay más atracciones turísticas: el Santuario de Nossa Senhora da Nazaré, la Capilla da Memoria o el fuerte de São Miguel Arcanjo. Es de visita obligada el mirador del Suberco, que ofrece una postal impresionante del mar.

Dónde comer: Tia Caia o Pangeia Restaurante.

  1. Óbidos

El castillo de Óbidos se alza sobre los tejados del pueblo. Foto: Shutterstock

Esta villa, conectada por una línea de autobús exprés con Lisboa, es un lugar ideal para visitar en unas cuantas horas. Sus casas típicas pintadas de blanco con toques azules o amarillos, su muralla y su imponente castillo la convierten en uno de los destinos preferidos por los turistas.

Dónde comer: Real Casa do Petisco o A Nova Casa de Ramiro.

  1. Azenhas do Mar

La panorámica de Azenhas do Mar es toda una joya visual. Foto: Shutterstock.

Azenhas do Mar está a solo 15 minutos de Sintra, un destino también digno de mencionar. Sin embargo, esta villa con un paisaje impresionante es casi una desconocida al lado de Sintra u otras localidades portuguesas, y vale la pena descubrirla. Destacan sus piscinas naturales y el mirador.

Dónde comer: Água e Sal o Restaurante Piscina Azenhas do Mar.

  1. Évora

Una calle de Évora con sus típicos colores. Foto: Shutterstock

Para cerrar la ruta, aunque nos dejamos en el tintero otros lugares mágicos que visitar en Portugal, paramos en Évora, una villa histórica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene mucho que visitar: el templo romano del siglo I, la catedral de Santa María, la capilla de los Huesos (en sus paredes hay esqueletos de verdad) o el acueducto de Évora.

Dónde comer: Taberna Tipica Quarta Feira o Botequim da Mouraria.

Aldeas históricas de Portugal: seis pueblos maravillosos para escaparse este verano

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Limitan con Cáceres y Salamanca y resumen lo mejor y más genuino de Portugal: paisaje rural, castillos medievales, rica gastronomía y una historia muy interesante. Descubrimos seis recios pueblos para vivir un verano distinto a la portuguesa.

Fueron codiciadas por todos. Moros y cristianos, castellanos y portugueses. Por eso las aldeas históricas de Portugal guardan un sinfín de historias de conquistas, escaramuzas, recelos y tradiciones antiguas. También muchas leyendas. Encaramadas en las sierras y estratégicamente situadas a lo largo de la frontera, se distinguen a lo lejos por las torres de sus castillos medievales y la naturaleza intacta que les rodea.

La ruta cuenta con un total de 12 pueblos que este verano se presentan como destinos seguros y sostenibles. Esta es una selección de seis imprescindibles. Cuentan también con una programación cultural, Aldeias em Festa, que incluye teatro, talleres, nuevo circo, música y gastronomía. Por cierto que muchas de estas iniciativas se retransmitirán en vivo online con la intención de dar a conocer al mundo este patrimonio aún desconocido.

Piódão

Reconocida como lugar de Interés Público, esta aldea escondida en un paisaje de bancales parece salida de un cuento. Se extiende como un belén por una ladera de la Serra do Açor y, tal vez por eso, no necesitó de fortificación. La visita implica perderse por sus calles estrechas y empinadas. Con tejados de pizarra, las casitas destacan por sus puertas y ventanas color azul. Como recompensa de la caminata no dude en sentarse en el restaurante O Fontinha a tomar un chanfana, el guiso de carne de cabra más típico de Piódão.

Las piscinas naturales de Piodao.

Linhares da Beira

Colgada de una atalaya en la parte occidental de la Sierra da Estrela, Linhares da Beira disfruta desde tiempos inmemoriales de una asombrosa panorámica del territorio. Los restos de una vía romana cercana atestiguan su privilegiada localización. También fue ocupada por visigodos y musulmanes hasta ser conquistada por Alfonso I de Portugal. Pero sería el rey D. Dinis, en el siglo XIII, el que convertiría el castillo en una de las fortalezas góticas más importantes de la región. Desde entonces la aldea vive a la sombra de sus murallas con un buen repertorio de calles sinuosas y casas de granito con puertas y ventanas manuelinas.

Linhares da Beira.

Sortelha

A 760 metros de altitud y rodeada por gruesas murallas, Sortelha y su imponente castillo del siglo XIII parecen aún hoy anclados en aquel tiempo. Lo escribió José Saramago en su Viaje a Portugal: “Entrar en Sortelha es entrar en la Edad Media”. Estamos ante uno de los pueblos más antiguos de Portugal, también muy cerca al Parque Natural Sierra de la Estrella. Sus casas de piedra y tejas naranjas se arremolinan en los límites de la muralla en forma de anillo. De ahí, dicen, viene su topónimo: sortelha, en español sortija.

Sortelha.

Almeida

A vista de pájaro, las murallas de Almeida forman una estrella de doce puntas que se pueden recorrer de un extremo al otro. Fue construida en el siglo XVII alrededor de la población y pese a los sucesivos ataques españoles (se encuentra a solo 12 km. de la frontera) nadie fue capaz de invadir la fortaleza… hasta que llegaron las tropas napoleónicas. Las cifras impresionan: 2.500 metros de muralla, seis baluartes y un foso de 12 metros de profundidad y 62 metros de ancho que dificulta el paso a los invasores. En el interior se apiña un caserío entre calles estrechas y un buen número de edificios religiosos y civiles.

Almeida.

Idanha-a-Velha

La Civitas Igaeditanorum romana; la Egitânia visigótica que acuñó moneda de oro para casi todos los reyes visigodos; la Idânia musulmana cuando se convirtió en una ciudad tan próspera casi como Lisboa… Todo esto ha sido Idanha-a-Velha, hoy aún con sus murallas y castillo, y con esa catedral visigoda que es única en la Península Ibérica. No hay que perderse el puente romano sobre el río Pônsul. Ni tampoco su horno comunitario y el lagar de varas.

Idanha a Velha.

Monsanto

Esta aldea ganó el curioso título de “la más portuguesa de Portugal”, concedido en 1938. Sobre la falda de un alto cerro y con uno de los castillos más impresionantes de la Beira Interior, de Monsanto se suele decir que “nunca se sabe si la casa nace de la roca o la roca nace de la casa”. Hasta ese punto está integrado en el paisaje. De hecho, algunas de las casas aprovechan grandes piedras de granito como sus propias paredes. Una de las más conocidas tiene un único bloque de piedra a modo de tejado, de ahí que la llamen la ‘casa de una sola teja’. Hay que fijarse también en la Torre de Lucano (s. XIV) coronada por un gallo de plata. Este fue el trofeo recibido por ganar aquel título “a la más portuguesa”.

GUÍA PRÁCTICA DÓNDE DORMIR

En Piódão: Casa da Padaria. Alojamiento rural con mucho encanto en una antigua panadería.

En Linhares: Inatel Linhares da Beira. Hotel rural con 26 habitaciones y piscina.

En Sortelha: Carya Tallaya. Una casa de campo en mitad de la naturaleza con huerta, jardín y piscina.

En Almeida: Colmeal Countryside Hotel. Con 11 habitaciones y 3 casas de campo, un relajante spa y una piscina exterior con agua de las montañas que rodean las 700 hectáreas de la finca.

Y en Monsanto: Casas da Villa. En el corazón del pueblo y con terraza para contemplar las vistas. MÁS INFO En la web www.aldeiashistoricasdeportugal.com

El alcalde de Puebla señala “la posibilidad histórica” que supone el AVE

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La puesta en funcionamiento de la Estación de Alta Velocidad de Sanabria ha sido calificada por el alcalde de Puebla de Sanabria y senador por la provincia de Zamora, José Fernández, como “muy importante para los sanabreses, una gran noticia y un acontecimiento histórico para el futuro de la comarca” que contó con la presencia en su inauguración en con la Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, lo que “refleja la importancia que tiene para el Gobierno de España el apoyo al medio rural”.

El regidor sanabrés señala que “es muy importante porque nos acerca a los núcleos económico de nuestro país; Madrid a 1 hora y 50 minutos o la capital Zamora a menos de 30 minutos. Y evidentemente esto abre una ventana de posibilidades económicas que tenemos que saber aprovechar”.

El Ayuntamiento de Puebla de Sanabria ha querido destacar, además, que “no solo es una gran noticia para Sanabria y para Zamora. La Estación de Alta Velocidad también se ha convertido en un acontecimiento de gran relevancia en Portugal hasta el punto –subraya José Fernández– de que en Bragança los medios de comunicación titulaban que es la primera ciudad de Portugal que tiene Tren de Alta Velocidad”.

Y esa es una de las claves principales para el Alcalde sanabrés: “Sanabria se ha convertido en un nudo de comunicaciones con el noroeste de España y con el norte de Portugal que ofrece un sinfín de posibilidades de desarrollo común entre ambos países que tiene que ser aprovechado por ambos Gobiernos, pero también como una oportunidad para la lucha contra la despoblación en la que Junta de Castilla y León y Diputación Provincial de Zamora tienen que implicarse”.

“Sin duda la estación incentivará el turismo y las iniciativas empresariales y permitirá una comunicación fluida y permanente entre los sanabreses que residen en Madrid y en Galicia para venir a Sanabria, no solo en verano, en cualquier momento, porque acorta tiempos y distancias”, añade.